miércoles, 15 de enero de 2014

Rolemaster: personajes e inicio de las partidas

He decidido relatar aquí las estupideces aventuras que vamos viviendo en Rolemaster.

Como sabréis, Rolemaster es solo un sistema de reglas y no tiene una ambientación propia. Nosotros, hace años, ideamos un mundo propio en el que ambientamos nuestras partidas. Este mundo se llama La Esfera* y, sorprendentemente, tiene forma esférica, con el sol en el centro. Este sol no es realmente un sol y tiene truco, pero ya hablaré de ello otro día. El hecho de que el mundo sea esférico, con las tierras habitadas en su cara interior, ya indica que esto es fantasía y que cualquier cosa puede ocurrir (si asumimos que hay tumularios y dragones, también podemos asumir esto). No obstante, en La Esfera ocurren cosas que a nosotros nos parecerían muy extrañas, por ejemplo:

- No hay horizonte. El mundo se extiende hacia lo lejos, cada vez más, y podríamos llegar a ver el otro extremo del mundo. El mundo envuelve a los habitantes de la Esfera como la cáscara de un huevo descomunal. Curiosamente, esto permitiría cartografíar mucho mejor el otro extremo de La Esfera que nuestro propio hogar.

- Tampoco hay luna. Sí estrellas, aunque son como fuegos fatuos suspendidos en el interior de la Esfera. La orientación celeste es imposible (a medida que nos movamos cambiará la posición de las estrellas y será casi imposible guiarse por ellas), pero es relativamente fácil saber dónde se va simplemente mirando a lo lejos (no hay horizonte).

- El sol nunca se pone, y por tanto tampoco sale. No hay anocheceres o amaneceres, no como los conocemos aquí. Hay día y noche, pero se basan en el oscurecimiento del "sol" cada 24 horas. Los más viejos de entre los elfos afirman que hubo una época sin noche, en la que el sol brillaba las 24 horas. ¿Por qué? ¿Será esto verdad?

- ¿Y la gravedad? En la Tierra, la gravedad tira de nosotros hacia su centro, pero aquí no. La gravedad actúa como si viniese desde el sol de la Esfera, empujando todo hacia el exterior. Desde el punto de vista de alguien que esté en su superficie, el sol estaría "arriba" y la gravedad empujaría hacia "abajo". Esto podría ser posible en una enorme cinta que rodease al sol y girase lentamente (como en Mundo Anillo de Larry Niven), pero no en una esfera. Si se intentase esto con una esfera, la gravedad sería máxima a lo largo del plano de giro o ecuador, pero iría menguando a medida que nos acercamos a los polos. Más aún, sospecho que la fuerza centrífuga iría desplazando casi todo hacia el ecuador. Esto no ocurre en la Esfera, la gravedad es uniforme en toda ella. Es posible que haya un por qué, y es posible que lo explique aquí.

- De lo que hay fuera de la Esfera, vale más no hablar. ¿Quién sabe que habrá más allá de las profundidades del mundo?

Lógicamente, nos hemos asegurado de que en este mundo haya todos los componentes habituales de los juegos de fantasía. 

Os presentaré a los personajes que nos hemos hecho:

Karvarund, un guerrero Enano que proviene de las Montañas Ensangrentadas. A la jovial edad de 65 años, es un temible luchador. Le ha sido encomendada la misión de cuidar al sobrino favorito del señor enano Brobar el Viejo y de enseñarle cómo es la vida más allá de las fronteras de su ciudad natal. Karvarund opina que esta misión es "una gilipollada", aunque el joven Kirli (el sobrino) está encantado de viajar con tan curtido guía. Sus juramentos y reniegos son legendarios. Su maza es letal.

Karvarund (sí, a veces dibujo cosas)
Wulgrum es el tercer hijo de Wulfgar, Marqués de Fyresdal, una pequeña región del reino de Gotica. A primera vista parece un remilgado noble; en realidad, se trata de un mortífero luchador sin armas. Siendo un joven alocado y gamberro, fue ingresado en el desconocido templo de Paktanna donde aprendió durante 8 años las técnicas secretas del keluli menumbuk, un estilo de lucha sin armas. Actualmente busca una fortuna mejor que la que le esperaba como tecer hijo de un noble. Hay quien dice que huyó del templo de Paktanna, aunque él mantiene que se licenció con honores.

Amanaki el Nómada es justamente eso, un nómada, miembro de los pueblos orientales que vivien más allá del Kanato de Kezhara. Es un espléndido jinete y un buen arquero. Por desgracia, su posición económica es casi desesperada: sin caballo, sin ninguna moneda, ha tenido que mendigar para sobrevivir. Conserva sus armas, prefiriendo morir a venderlas.

 Xhaoj es un guerrero Hombre Alto de procedencia incierta. Lleva un hacha de batalla bastante enorme, y le gusta compensar su falta de rapidez con una buena armadura de mallas. En su juventud tuvo una experiencia bastante traumática que incluía un mayordomo malvado, aunque nadie ha logrado sacarle más información al respecto.

Gorflim es un montaraz elfo silvano. Su deseo es reconstruir su perdida patria.Cree firmemente en la superioridad élfica sobre todos los demas pueblos civilizados.

Vania es la única mujer del grupo, y también una hábil ladrona. A ella le gusta más asesinar, en lo cual es toda una experta. Probablemente tenga problemas con la justicia. Si no los tiene, pronto se los buscará.

Siegfried es un enigmático mago, descendiente de los Hombres Altos del Norte. Hay quien murmura que es un eunuco. Nunca habla de su pasado, ni de sus habilidades, ni de casi nada. Por lo tanto, sus poderes debe de ser terroríficos.

Este variopinto grupo se ha conocido en las posadas que jalonan la gran Ruta de las Especias, que va desde las tierras del Imperio hasta los kanatos del este, y más allá. Cuando entran en la villa comercial de Gambe, lo primero que contemplan es el ahorcamiento de un presunto criminal. Parece ser que el condenado es un pobre hombre de la zona, ejecutado por ser el asesino de la hija de un rico comerciante local (el señor Testanera).  Movidos más por la avaricia que por la piedad, deciden investigar un poco más. Contrariamente a lo que parecía en un principio, parece que el pobre ajusticiado no había tenido nada que ver con el crimen...

(Continuará)

* La idea de una esfera enorme habitada en su cara interior la propuso el físico Freeman Dyson allá por los años 60. Para que su superficie tuviese las mismas condiciones de luz y calor que la Tierra, el radio de la esfera tendría que ser igual a la distancia que nos separa a nosotros del Sol, 150 millones de kilómetros. La superficie de la esfera, por tanto, debería ser completamente descomunal. La Esfera de la que yo hablo aquí no es, ni de lejos, tan enorme.

1 comentario:

  1. Molan las explicaciones fisicas de la esfera, porque así puedo hacerlo encajar todo en la mitología Avinäsiana, pronto tendré un pequeño relatillo de todo esto... jojojojojo

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