jueves, 20 de febrero de 2014

Rolemaster: el Rey de Andrajos (IV)

El grupo desea emprender la búsqueda de Ailon, el "contacto" de los montañeses en la ciudad de Winarom, lo antes posible. Visitando a sus aliados de la guardia de la ciudad se enteran de que Ailon es un astuto delincuente habitual. Vive de diversos delitos de poca monta, desde el robo a la estafa. Hace un tiempo que no se sabe nada de él, seguramente porque está en uno de sus viajes "de negocios".

En las zonas menos recomendables de la ciudad confirman toda esta información. Algunos, además, añaden que últimamente se veía a Ailon en compañía de montañeses. Nadie parece saber cómo localizarle. Xhioj tiene un fugaz ( y precoz) romance con una camarera, lo más emocionante que hizo el grupo a lo largo de esa noche.

En sus pesquisas descubren que Ailon, despierto como es, ha estudiado algo de historia y puede que algo de magia con el erudito local, Elarias el semielfo. Elarias lo corrobora, describiendo a Ailon como un joven muy prometedor pero que decidió dedicarse a la delincuencia. Sus conocimientos sobre encantamientos, aunque rudimentarios, probablemente harán más difícil su captura. Elarias, por cierto, disfruta ahora de una escolta permanente de media docena de ballesteros y varios espadachines, que montan guardia ante su hogar con el celo propio de los soldados de Winarom.

"¿Puedo ayudarle, ciudadano?"
En otro orden de cosas, Elarias ha descubierto por fin un símbolo similar al que llevan los montañeses (la rueda y el cráneo). Perteneció al rey Caracanoc el Grande, un señor de los montañeses que vivió hace mil años. Sus dominios se extendían a lo largo del Río Largo y eran extensísimos; nadie sabe cómo murió, pues se esfumó siendo ya muy viejo y su muerte no consta en crónica alguna. El símbolo, curiosamente, no llevaba la calavera en los primeros tiempos del reinado, y solo la adoptó muchos años más tarde. Los aventureros recuerdan en ese momento una moneda de oro que hallaron en poder de Breoc, el líder de la familia a la que asaltaron: dicha moneda tenía el símbolo de una rueda acuñado en el reverso, y un busto en el anverso. También parecía muy vieja, con marcas de haber sido esquilmada a lo largo de muchos siglos. ¿Podría ser una de las monedas que circulaban en tiempos del rey Caracanoc?

El grupo trata de descansar una o dos noches, pero las circunstancias no se lo permiten. En mitad de la noche oyen un estremecedor grito en alguna parte de la ciudad. Corren por las callejuelas, siguiéndolo, y de pronto se encuentran con un joven perseguido por dos de las temibles sombras, muy parecidas a la que anteriormente les había atacado. El grupo se prepara para el combate mientras Gáladhon protege al joven en la retaguardia. Luchando juntos, consiguen derrotar a las criaturas, que se deshacen en una especie de neblina y dejan atrás unas ropas vacías. Cuando las examinan de cerca, descubren algo inquietante. Una de las criaturas parece consistir únicamente en un brazo izquierdo; la otra, en una pierna derecha. Ambos miembros están momificados, como un cadáver que se ha conservado en un lugar frío. El resto de las criaturas parecía ser completamente inmaterial. Solo un golpe poderoso en estas partes "momificadas" parece destruir permanentemente a estos seres*.

El joven al que tan valientemente han salvado resulta ser... Ailon. Se encuentra entre aterrorizado por el poder de los aventureros y sorprendido porque hayan podido derrotar a las sombras. Ailon confiesa (¡por fin!) haber raptado a Ludovica por orden de Gelodoc, el líder de los montañeses. Ailon era el contacto de los montañeses en Winarom y en las zonas más civilizadas de la Ruta de las Especias, que conocía bien. Gelodoc le ofreció oro a cambio de raptar jóvenes "que no hubieran conocido varón". Al principio Ailon creía que las utilizarían como esclavas o prostitutas, pero pronto entendió que las chicas eran destinadas a sacrificios. Atormentado por los remordimientos, decidió desertar y huir, pero las sombras comenzaron a perseguirle casi enseguida. Esas "sombras", por cierto, tienen su propia historia: los montañeses las llaman los Ceor-Fachen, los Muertos Mutilados, pues han sido reanimados a partir de extremidades de antiguos héroes montañeses. Son los siervos más temibles del Rey de Andrajos, que los usa para matar y aterrorizar a quienes se le oponen. 

Ailon
 Ailon también conoce el paradero del campamento de los montañeses. Se encuentra a unos cien kilómetros al norte, en un estrecho desfiladero protegido por las nueves. Por desgracia, no sabe quién es el Rey de Andrajos y desconoce su paradero, pero está convencido de que alguno de los montañeses tiene que conocerlo. 

El grupo decide hacer una pequeña visita de cortesía a Gelodoc y sus hombres...

* Wulgrum dio el golpe de gracia a uno de ellos atravesándole el brazo (y el pecho que había detrás) de un puñetazo.

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